POLICIALES
Pidieron la captura de dos hermanos de la Yaqui por integrar la banda narco

La Justicia federal profundizó en las últimas horas la causa que desarticuló la organización narco familiar liderada por la jefa narco Sandra Jaquelina Vargas, la Yaqui, en Godoy Cruz. El fiscal Fernando Alcaraz solicitó la captura de dos hombres que operaban como máximos referentes de la estructura criminal: se trata de Carlos “Guatón” Vargas Mendez y su hermano mayor Luis Alfredo, ambos acusados de desempeñar un rol clave en el abastecimiento, distribución y control del dinero proveniente del narcomenudeo, tal como se desprende de la nueva investigación de la Policía contra el Narcotráfico (PCN).
El pedido de detención al que accedió El Sol se suma a las medidas adoptadas tras los más de 25 allanamientos realizados en el oeste de Godoy Cruz, que culminaron con la detención e imputación de la Yaqui, líder histórica del clan familiar. La causa que se sigue en el fuero federal reabrió el telón sobre una red delictiva que ya había sido desbaratada en 2014 y que, según pruebas reunidas durante el último año, nunca dejó de operar a través de diversos personajes del oeste godoicruceño.
La novedad clave ahora es que los dos hermanos varones de la Yaqui pasaron de estar en la mira a tener pedido de captura. De acuerdo con la investigación dirigida por el fiscal Alcaraz y el juez federal Leopoldo Rago Gallo, y ejecutada por la PCN, el Guatón manejaba una parte esencial de la cadena de suministro desde su domicilio en el asentamiento Susso, mientras que Luis Vargas es señalado como el proveedor directo de sustancia a los puntos de venta más activos, operados por gente de confianza.
Las pruebas que los comprometen
La pieza central de la acusación contra los hermanos Vargas son las escuchas telefónicas y las vigilancias encubiertas realizadas por la PCN. En una llamada intervenida el 17 de junio pasado, una colaboradora cercana al clan, identificada como Liliana Echeverría y marcada como “la mano derecha de la Yaqui en el Campo Papa”, reveló el peso del Guatón en el movimiento narco: “… Esta mañana me vino a pedir el fierro tempranito. Yo le dije yo no me hago cargo, no vengan a traerme el fierro más, se lo dejas a la María porque después se enojan conmigo el Guatón, que porque están entrando y saliendo de mi casa…”
Otro diálogo, del 19 de junio entre la citada mujer y su hija, apunta directamente al incumplimiento del Guatón en el suministro de sustancias: “…la María ha ido a decirle a la Silvina (sería la hija mayor de la Yaqui) que el Guatón no le ha dejado nada…”
Un dato clave surgió de las tareas de campo realizadas el 14 de junio, pocos días antes de los allanamientos masivos, cuando los policías detectaron a este hermano de la Yaqui ingresando a un domicilio en Luján de Cuyo, donde vive un supuesto proveedor de la organización en el distrito Vertientes del Pedemonte. Esa observación fortaleció la hipótesis de que el hombre oficiaba como jefe operativo y encargado de elegir a quienes venderían las dosis fraccionadas.
El Guatón, quien fue detenido en el 2014 y en mayo del 2016 zafó de ser condenado en el juicio narco que condenó a la Yaqui a 15 años de cárcel en los Tribunales Federales, conducía un auto Chevrolet Agile dorado o champagne cuando estacionó en la casa de este sujeto, quien no quedó detenido en la causa a pesar de los allanamientos, pero que fue materia de investigación durante la pesquisa.
Mientras tanto, Luis Vargas, es un hombre que hace más de 20 años que está en investigaciones narco en Mendoza. Aparece mencionado como el principal proveedor de mercadería para los puntos manejados por Daniela Palma, quien operaba bajo las órdenes de su madre, Liliana Echevarría en los quiosquitos del oeste.
Según una de las conversaciones que forman parte del expediente, Palma consultó cuánto dinero había recibido “ese hombre” en las últimas entregas, en clara referencia a Luis Vargas, quien fue detenido varias veces y condenado por Ley 23.737 en los últimos años. Su nombre figura en los trabajos investigativos como distribuidor directo desde dos domicilios en el barrio La Esperanza y el Campo Papa.
Luis Vargas fue detenido el 6 de abril del 2001 por venta de drogas. Salió en libertad condicional el 3 de junio del 2002. El 11 de octubre del 2010 volvió a ser capturado: efectivos de Investigaciones realizaban trabajos por hechos de inseguridad en zona de calles Gomensoro y Correa Saá de Guaymallén cuando detectaron una camioneta Ford EcoSport estacionarse en una casa del barrio Pedro Molina.
Tal como reveló este diario por aquellos días, los efectivos advirtieron que un grupo de personas cargaba una importante cantidad de panes con sustancia estupefaciente. Luis Vargas quedó detenido junto con otro hombre: en total, incautaron 190 kilos de marihuana. Por esa causa, fue condenado a 7 años y medio de cárcel y luego derivado a San Rafael para que cumpla gran parte de pena por pedido de la propia defensa.
El nuevo mapa del narcomenudeo
La logística del clan Vargas incluía “protocolos” de seguridad, como el cambio sistemático de teléfonos celulares tras cada procedimiento o sospecha de vigilancia. Pero la estrategia no impidió que los investigadores descubrieran los puntos de contacto entre los hermanos y los distintos nodos de distribución, dispersos en Godoy Cruz.
La organización había adoptado un nuevo sistema basado en pagos electrónicos a través de plataformas como Mercado Pago y Naranja X, con transferencias que movían sumas millonarias. Algunas de estas operaciones conectaban directamente al círculo íntimo de la Yaqui con Luis Vargas y su entorno, detallaron fuentes de la causa.
Además, los registros de vigilancia documentaron movimientos en tres viviendas vinculadas a Carlos Vargas y a otros miembros de la familia en los barrios Los Toneles, Campo Papa y La Esperanza, que eran utilizados como lugares de acopio, venta y distribución, siempre con Daniela Palma y su mamá, Liliana Echevarría (pareja de Juan Piña, el llamado “patrón del barrio”, condenado por matar en el Campo Papa), como referentes del comercio de sustancias en los quiosquitos.
Un viejo clan con nuevas herramientas
La nueva detención de la Yaqui y su gente de confianza (también cayeron su hijo Mauro Gelvez y otros personajes vinculados al narcomenudeo) recuerda a la megacausa que en 2014 terminó con la condena de varios miembros por comercio de estupefacientes y lavado de dinero.
Sin embargo, lejos de haberse disuelto, el clan habría mutado con el paso del tiempo, adaptándose a nuevos métodos sin perder su esencia: un esquema piramidal, liderado por la Yaqui desde la prisión, con sus hermanos como engranajes operativos y una larga cadena de familiares y personas de confianza involucrados.
El fiscal Alcaraz y los investigadores de la PCN reconstruyeron durante casi un año cómo ese entramado continuó activo, aunque con un perfil más bajo, aprovechando los vacíos de control sobre las salidas transitorias de Sandra Vargas y el crecimiento del mercado informal a través de transferencias electrónicas.
Por lo que detallaron las fuentes policiales y judiciales consultadas por este diario, con el pedido de captura vigente, los dos hermanos varones son ahora los objetivos principales del expediente, que continúa abierto y en plena etapa de recolección de pruebas. “La causa está secreta”, deslizaron las fuentes.
Ambos están acusados de integrar la banda dedicada al comercio agravado de estupefacientes, con responsabilidades directas en la distribución, la logística de cobros y el aprovisionamiento de la red. “No se descartan más pedidos de detención” pero todo depende de lo que surja del análisis de teléfonos celulares, finalizaron las fuentes.
- Fuente: El Sol